Sostenidos por agua, Verónica Etchenique
Curaduría: Catalina Bunge
Artista: Verónica Etchenique
Lugar: Galería Zoco, Punta del Este, Uruguay
Fecha: 9 de julio - 1 septiembre 2022
Sostenidos por agua, Verónica Etchenique
Una individualidad colectiva y sostenida
¿Somos al igual que nuestro planeta capaces de transformar las torrenciales lluvias en fuentes de vida? ¿Podemos resignificar las limitaciones y restricciones impuestas y autoimpuestas por nuestra sociedad individualista y capitalista en nuevos estados matéricos y simbólicos? Al retratar y pintar el agua la artista nos devuelve la esperanza de creer en cualidades cíclicas y dinámicas -propias del agua- como solución a nuestro propio agotamiento. ¿Será este el fin que dará lugar a otro nuevo comienzo? ¿Y a otro más?
El agua, patrimonio de la humanidad, es un elemento básico, necesario y entendido por todo ser vivo. El agua es a la vez un medio y un símbolo. Por el agua nos peleamos, nos organizamos, nos comunicamos, nos expandimos y nos controlamos. Catástrofes fluviales arrasan con poblaciones enteras y sequías agonizantes ponen en jaque regiones desdichadas. Para el mundo el agua es todo y habita todo.
Tales de Mileto fue el primer filósofo griego en plantear al agua como el origen de todas las cosas, el principio de todo. Su cualidad maleable la hace un medio perfecto y un recipiente dudoso. Exige control y forma. Irrumpe peligrosamente y barre todo. A la vez, limpia, purifica y regenera. El agua es incolora y puede ser turbia. Características como temperatura, turbidez, viscosidad, densidad y conductividad ayudan a los científicos e hidrólogos a describir y entender el agua.
Para Etchenique, el agua es sinónimo de libertad. Fue su emancipación en el momento del aislamiento obligatorio. 28 meses pasaron desde que el covid-19 cambiara nuestras vidas como las conocíamos hasta ese momento; a partir de entonces, surge la conciencia de un mundo peligroso, la intranquilidad de nuestras mentes y las personas como desconocidas. La pandemia nos propulsó hacia el abismo de la individualidad y en ese precipicio nos estrellamos. La contradicción resultó el camino sencillo para digerir lo sucedido; todos unidos por el mismo tormento y a la vez todos segregados en nuestros domicilios.
“Con el aislamiento la comunicación humana tan importante para mí se derrumbó, era necesario un lenguaje común como forma de comunicación, un elemento primordial para la supervivencia individual y colectiva”, apunta la artista. En el agua Etchenique encontró un medio para conectarse con el afuera, con el otro. Fue un lenguaje fluido que le devolvió vitalidad y la posibilidad de liberarse. “En mis pinturas todo es agua” continúa explicando. Partiendo de fotos de estanques, charcos o riachuelos, sacadas por ella, la artista elige una sección para luego ampliarla y llevarla al lienzo. En ese ejercicio el agua se vuelve una alegoría y un medio. Un universo dinámico de colores, tonos, luces y sombras. Pinceladas meditadas y fluidas se relevan unas a otras; horas de contemplación, de conectividad y exploración con la pintura dan resultado al proceso liberador que ella registra en el lienzo. En ese devenir el agua es a la vez una contención y una guía.
Las imágenes que elige son reflejos coloridos que funcionan como mapas espejados de una dimensión distorsionada de nuestro mundo. Una visión que si bien está alterada muchas veces es más realista que la que vivimos. ¿En qué momento la ficción se volvió realidad?
Los reflejos nos devuelven nuestra imagen, ofician de sismógrafos para exponer cualquier perturbación del entorno. Una pequeña ráfaga y la imagen reflejada se altera completamente. Unas gotas de lluvia y el desborde puede ser devastador. Al volver sobre el agua la artista nos recuerda la capacidad porosa de la tierra, que como nuestro propio cuerpo es permeable y se deja empapar por su entorno directo. El agua es tan necesaria para el planeta como para nuestros propios estados físicos y psíquicos. Nos permite expandir, transmutar y renovarnos.
¿Por qué la obra de Etchenique es relevante hoy? Porque retoma el agua como un elemento vital que continúa siendo protagonista en nuestra vida. El agua como un medio transmutable que nos permite transformarnos y liberarnos de las amenazas de un entorno hostil encorsetado por modos de producción dominantes y un capitalismo rapaz. Vivimos en un estado cáustico, afectado por una realidad capitalista totalizante donde todo es sometido y evaluado en términos puramente monetarios. El escritor y filósofo Slavoj Zizek se pregunta si es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo como si no hubiera otra alternativa a este destino.
Catalina Bunge